887 esferas forman la nube que rinde homenaje a las víctimas de mezclar gasolina y alcohol en el país
Este
martes 30 de octubre se desarrolló en pleno corazón de la zona T, al norte de
Bogotá la intervención artística denominada “887” como un homenaje al número de
víctimas en Colombia por conducir bajo los efectos del alcohol y así
visibilizar la cantidad de siniestros de tránsito ocurridos en el país
durante el año 2017 y crear conciencia de la responsabilidad que tenemos todos
con el cuidado de la vida al movernos.
“Esta es
una acción de duelo, para que aprendamos a ser responsables, muchos nos
sentimos muy fuertes y creemos que al conducir con tragos en la cabeza, nada
malo nos va a pasar y no medimos las consecuencias de lo que podemos hacer a
otros o a nosotros mismos” aseguró Christian Abusaid, autor de la obra.
La
producción de la obra se desarrolló desde agosto de este año está compuesta
por 887 bolas negras y blancas que simbolizan cada una de los
incidentes de tránsito en el país por causa de los conductores que conducen en
estado de embriaguez.
"Esta
obra simboliza a las 887 víctimas por incidentes de tránsito en Colombia, elegí
una nube porque ellas vienen y van, se dibujan y se desdibujan, es una metáfora
que hace alusión a lo frágil que es la vida y en cómo puede cambiar en
cualquier momento por cometer el error de tomarse unos tragos y salir a
manejar", puntualizó Abusaid.
Según
cifras del estudio del Observatorio Nacional de Seguridad Vial sobre alcohol y
conducción, en el país se registraron 2.777 siniestros viales durante el 2017,
todos asociados al consumo de licor, de estos el 71% reportan al menos una
víctima. Además,
en el estudio sobresale el número de reincidentes en esta conducta,
infractores hasta con 5 comparendos por conducir en estado de embriaguez pese a
las sanciones tan altas que estipula la ley 1606 de 2013, hasta $ 37,499,040.
Finalmente,
el estudio evidenció que entre las ciudades que presentaron mayor índice de
siniestralidad relacionada con conducción en estado de embriaguez se encuentran
Bogotá, Pasto, Cali, Bucaramanga, Villavicencio y Pereira.
A partir
de las anteriores cifras, parece que las personas siguen subestimando las
consecuencias adversas de beber y conducir.
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