Infinix enseña por qué los FPS son la nueva medida del rendimiento móvil

 En el mundo del gaming competitivo, cada milisegundo puede marcar la diferencia entre la victoria y la derrota. Detrás de los reflejos, la precisión y la fluidez que caracterizan a los mejores jugadores del planeta, hay un factor técnico que muchas veces pasa desapercibido: los FPS (frames per second) o cuadros por segundo.

Este concepto, aparentemente simple, representa la cantidad de imágenes que un dispositivo puede mostrar cada segundo. En la práctica, es el parámetro que define qué tan realista y continua se percibe la acción en pantalla. Cuantos más FPS, más fluido y natural será el movimiento; menos FPS, más cortes, pausas y desventajas para el jugador.


Cómo funcionan los FPS y qué papel juega el cerebro humano

Cuando ves un video o juegas un título móvil, lo que realmente observas no es un movimiento continuo, sino una secuencia de imágenes fijas que se reproducen a gran velocidad. Estas imágenes, llamadas fotogramas, se muestran tan rápido que el ojo humano las percibe como un movimiento fluido.

El cerebro puede procesar entre 10 y 12 imágenes separadas por segundo antes de comenzar a percibirlas como una secuencia animada. A partir de ese punto, el flujo visual se interpreta como movimiento real, aunque en realidad se trata de imágenes mostradas consecutivamente.

Este fenómeno es la base de la magia visual en los videojuegos: mientras más FPS puede manejar un dispositivo, más suave, precisa y envolvente será la experiencia.





La nueva generación móvil y el desafío de los FPS

Uno de los grandes retos de la industria móvil actual es mantener altas tasas de FPS mientras se incrementa la resolución de los juegos. Los títulos competitivos como PUBG Mobile o Call of Duty: Mobile (CODM) demandan cada vez más potencia gráfica y estabilidad, y no todos los dispositivos están preparados para sostener ese nivel de rendimiento.

Aquí es donde la próxima Serie GT 30 de Infinix entra en escena. Diseñada específicamente para los gamers exigentes, promete ofrecer una tasa de hasta 120 FPS estables durante toda la partida, con una fluidez visual que elimina caídas de rendimiento y garantiza reacciones más rápidas, disparos más precisos y movimientos más naturales.


FPS vs. Frecuencia de refresco: dos conceptos diferentes

Es común confundir los FPS con la frecuencia de refresco (medida en hercios, Hz). Los FPS indican cuántas imágenes por segundo genera el sistema, mientras que la frecuencia de refresco se refiere a la velocidad con la que la pantalla se actualiza para mostrar esas imágenes.

Por ejemplo, un monitor de 60 Hz puede mostrar hasta 60 cuadros por segundo, mientras que uno de 120 Hz puede proyectar 120 imágenes en el mismo tiempo.

 Para alcanzar una experiencia verdaderamente fluida, lo ideal es que la tasa de FPS coincida con la frecuencia de refresco de la pantalla. Si un juego corre a 60 FPS en un panel de 60 Hz, cada actualización del display mostrará una imagen diferente, evitando saltos o fragmentaciones en la acción.

La nueva generación GT 30 reafirma el compromiso de Infinix con la innovación en el segmento gamer. Diseñada para ofrecer rendimiento de eSports, estabilidad sostenida y una experiencia visual fluida, esta línea representa el equilibrio perfecto entre potencia y control. Su lanzamiento oficial en el mercado colombiano será anunciado próximamente.


 Información e imágenes: Prensa INFINIX 

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