La tecnología, ese todopoderoso de hoy
A sus 12 años,
Adriana construye complicados edificios en su Acer Spin 3. Su laptop es tan
versátil como ella: una bisagra de 360° soporta el diseño delgado del equipo y
le permite adaptarlo a cuatro modos diferentes, convirtiéndolo, incluso, en un
Tablet. Una pantalla IPS le regala imágenes perfectas en ángulos de hasta
170° y la tecnología más innovadora asegura una calidad de sonido óptima, gran
rendimiento y duración de la batería. Su panel táctil de precisión es más
sensible que los tradicionales, lo que lo ayuda a trabajar de manera más
eficaz. A sus 12 años, Adriana ha comenzado a crear modelos 3D y da sus
primeros pasos en código. Si antes, para algunos entendidos era recomendable
mantener alejados a los niños de la tecnología, hoy esa idea ha cambiado mucho.
“Debemos
demostrar una actitud positiva. Eso significa usar juntos las pantallas para
conectar con otros (como videoconferencias con familiares que están lejos, o
para que la abuela pueda ver el partido de fútbol de su nieto), para crear,
explorar nuevas ideas, divertirse o ver vídeos en Youtube para mejorar su
técnica deportiva, por ejemplo. También significa equilibrar ese uso con el
tiempo que se pasa cara a cara con alguien, al aire libre, en comidas
familiares, leyendo… Hay un tiempo y un lugar para todo. No tiene que ser una
cosa o la otra”, ha señalado Anya Kamenetz, periodista experta en educación y autora
del libro The Art of Screen Time: How Your Family Can Balance Digital Media and
Real Life.
Por su parte, un
estudio de la Universidad de Wisconsin, en EUA, descubrió que los niños de
entre dos y tres años eran más propensos a responder a pantallas táctiles que a
las que no requieren de interacción. Heather Kirkorian, profesora en estudios
del desarrollo humano y familiar, explicó que su trabajo es un indicativo de
que las pantallas táctiles pueden tener un uso potencial para la educación de
los bebés. “No soy una de esas personas que cree que no deberíamos
exponer a los niños a celulares, tabletas y otros dispositivos", ha
comentado Helen Moylett, presidenta de Early Education, una fundación que tiene
como meta mejorar la calidad de la enseñanza y de los niños menores de cinco
años. "La tecnología puede ser una herramienta útil e interesante si se
utiliza en el lugar adecuado para ayudarnos a aprender, y no todo el tiempo ni
como reemplazo de otras cosas". Algo en lo que está de acuerdo
Rachel Barr, experta de la Universidad de Georgetown, que descubrió que la
presencia de un padre puede más que duplicar las posibilidades de que un niño
aprenda por medio de una pantalla táctil.
De hecho, según
un estudio realizado por la plataforma de idiomas Lingokids, los niños retienen
hasta el doble de vocabulario cuando este se enseña a través de aplicaciones,
en lugar de con métodos de enseñanza tradicional como tarjetas de vocabulario.
El experimento demostró que el grupo de niños que habían recibido clase con el
sistema tradicional habían retenido un total de 41 palabras. En el caso de los
menores que habían jugado con la aplicación, la cifra se elevó a 102 palabras.
Definitivamente
no son pocos los entendidos que ven la tecnología como una herramienta para el
aprendizaje y el desarrollo y hacen énfasis en cómo podemos mejorar su
interacción con niños y jóvenes en vez de ponerle límites. Sin duda alguna la
mejor alternativa sigue siendo aprovechar todo aquello que nos da la tecnología
para convertirlos en creadores.
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