Renace de la esperanza en Mapiripán
Ubicado a 333 kilómetros de distancia de
Villavicencio, capital del departamento del Meta, se encuentra Mapiripán,
municipio cuyo nombre en lenguas ancestrales significa "canasta de
pan".
Así lo ven sus moradores, como el lugar que podría
ser la gran despensa alimentaria de Colombia, gracias a sus amplias extensiones
de tierras fértiles para actividades agroindustriales y ganadería, óptimo clima
y la presencia del río Guaviare que es un rico afluente y sustento para la
pesca de consumo, con especies como bagres rayados, dorados o amarillos, entre
otros.
Esta población limítrofe entre los departamentos
del Meta y Guaviare quiere mostrarse a Colombia y al mundo como un referente de
resiliencia, oportunidad y progreso, que está hoy lejos de las asociaciones al conflicto
armado y violencia que hacen parte de su memoria histórica y la de un país que
avanza hacia el posconflicto.
"Dimos una vuelta a la página, Mapiripán es
otra, hoy nos abrimos al mundo de las oportunidades, para traer progreso y paz.
Lo demás es pasado. Si uno mira el río Guaviare y alguien piensa en bañarse ahí
hoy, sus aguas no son las mismas de ayer, ni las mismas de hace 20 años, todo
fluye, la vida fluye y Mapiripán también", afirma Fredy Patiño,
Coordinador de la Mesa de Víctimas del Municipio y encargado de despachar los
vuelos que salen del municipio.
A la posición de Patiño se suma la docente María
Isabel Mendivelso, quien afirma que 20 años atrás, Mapiripán estaba sujeto a la
dura realidad del conflicto originado por distintos actores y el narcotráfico,
lo que se reflejaba en la baja asistencia y constante deserción de estudiantes
de las diferentes escuelas e instituciones de educación primaria y secundaria
de la región.
"Un indicador de progreso es que hoy más niños
y jóvenes asisten a los colegios de forma permanente, también lo hacen los de
las comunidades indígenas Jiw y Sikuani que antes permanecían en las calles,
esto como resultado de nuevas condiciones de empleo y estabilidad de sus
padres, sumado a la desaparición del conflicto y una nueva cultura de
legalidad. Se recuperó la familia y con ella la educación de Mapiripán".
Palma de aceite, fruto del progreso
Colombia es el cuarto productor de aceite de palma
del mundo y el primero en América, con cerca de 500.000 hectáreas sembradas que
generan más de 140.000 empleos directos e indirectos, en una agroindustria
cuyos derivados se hacen presente en la vida cotidiana de las personas con
productos como alimentos, cosméticos, biocombustibles y energía eléctrica.
El aceite de palma se convirtió en el pilar de la
economía de Mapiripán y es el responsable de la transformación social y
económica del municipio, de una tierra que se preció de ser en su momento el
primer productor de maíz de Colombia hace más de 50 años, cultivo que por
cuenta del conflicto y posterior ilegalidad desapareció de la región.
En 2008 por gestión de ProColombia se facilitó y
acompañó la llegada de la compañía italo-española Poligrow, firma que buscaba
una zona en la altillanura para sembrar palma de aceite con un proyecto a más
de 60 años y con una inversión a hoy de más de US$70 millones de dólares.
El desarrollo de siembra de la palmicultora fue
sobre sabanas nativas extensivas que hoy cuenta con 7.060 hectáreas sembradas
(5.800 en producción) y que tiene expectativas de seguir creciendo con la
puesta en marcha de la siembra de 8.000 nuevas hectáreas.
El proyecto se ha caracterizado por prácticas
sostenibles y de respeto al ecosistema con implementación de coberturas
vegetales para combatir el pasto sin agroquímicos que ha dado lugar al
enriquecimiento de los suelos, favoreciendo la presencia de especies como el
venado coliblanco o el puma concolor. La multinacional es miembro de RSPO (Mesa
Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible) y tiene certificados sus procesos
bajo los rigurosos estándares de sostenibilidad del Rainforest Alliance.
Con la llegada de la multinacional se generó un
punto de inflexión. Se comenzó a vivir una nueva era en la legalidad, atrás
quedaron los cultivos ilícitos y hoy, más del 80% de la fuerza laboral de
Mapiripán está empleada por Poligrow en labores de siembra, recolección y
producción de aceite de palma, con más de 650 plazas laborales.
Así lo manifiesta Luis Ángel Rivera, operario en
cosecha y recolección de fruto de palma, "antes, lo que para nadie es un
secreto, se trabajaba con cultivos ilícitos y ese era el ingreso del municipio,
viene la erradicación por parte del Estado y posteriormente llega Poligrow,
cuyo proyecto trajo un cambio extremo, un árbol frondoso que brinda sombra,
oportunidades, empleo. Ellos apostaron por Mapiripán y con su contribución
estamos construyendo una nueva Mapiripán".
En 2010 la firma palmicultora creó la Fundación
Poligrow a través de la cual se desarrollan programas y proyectos en la
comunidad, enfocados en diversas líneas de acción como educación,
fortalecimiento de proyectos productivos, calidad de vida, convivencia,
valores, cultura de la legalidad, entre otros.
La Fundación tiene acuerdos con el Sena para la
capacitación en programas como tecnología, informática, y actividades
relacionadas con la agroindustria.
La Casa de la Cultura de Mapiripán es uno de los
espacios en los que niños y adolescentes aprenden danzas, uso de instrumentos
de viento, cuerda y percusión. La Casa de la Cultura de Mapiripán es uno de los
espacios en los que niños y adolescentes aprenden danzas, uso de instrumentos
de viento, cuerda y percusión.
Para Jersson Espinosa, coordinador de la Casa de la
Cultura del municipio, Mapiripán vive un cambio reflejado en las condiciones de
vida de su gente. "Hoy las casas son de material, ladrillo, cemento,
pintura, lo que sería normal en otra ciudad, en el pasado eran de bareque y eso
es reflejo del ingreso y generación de empleo en la población. Mapiripán ha
surgido de la oscuridad a la luz".
Mapiripán está ubicado en los límites geográficos
entre los departamentos de Meta y Guaviare delimitados por el río Guaviare.
Mapiripán está ubicado en los límites geográficos entre los departamentos de
Meta y Guaviare delimitados por el río Guaviare.
Energía eléctrica 24 horas
Literalmente, como lo manifiesta Espinosa el que es
el segundo municipio más grande del departamento del Meta y uno de los 20 con
mayor potencial agroindustrial por su extensión en Colombia, pasó de las
tinieblas a la luz. Antes de 2011 los mapiripenses contaban con menos de 8
horas de energía eléctrica al día.
Como resultado de una alianza realizada por
Poligrow, el Ministerio de Minas y Energía con el apoyo de la Gobernación del
Meta se crea la electrificadora de Mapiripán - Electrimapiri, permitiendo el
suministro a la población de fluido eléctrico las 24 horas al día.
"La apuesta que hizo esta multinacional por
Mapiripán ha contribuido a mejorar los entornos, a la reactivación del
comercio, y al comienzo de la llegada de turistas. El contar con energía 24
horas ha transformado la dinámica diaria de la vida de todos", afirma
Ricardo Jara, director técnico de Electrimapiri.
Mapiripán da pasos hacia el progreso. Con la palma
llegó la paz, el empleo y la energía eléctrica, en un momento en el que nueva
inversión está llegando, se están empezando a pavimentar calles, se abren
nuevos locales comerciales y más construcciones de casas y los hoteles han
ampliado el número de habitaciones, como el caso de La Posada de Lucy que pasó
de cuatro a 16 en los últimos años sostiene su propietaria, Lucy Miranda de
Carrero.
Oportunidades de inversión
Para Felipe Jaramillo, presidente de ProColombia,
"Poligrow y lo que esta empresa ha logrado en Mapiripán es el ejemplo
claro del tipo de inversión que estamos buscando para aportar en la
competitividad y el desarrollo de Colombia, con apuestas productivas que
contribuyan a generar empleo y también al crecimiento del comercio del país con
el mundo".
Mapiripán cuenta con potencial para desarrollar una
industria turística, gracias a los atractivos naturales del río Guaviare, las
lagunas, los paisajes de sabanas, esteros y bosques de galería que se encuentra
en el municipio; hacen parte del potencial que se puede explotar para llevar a
cabo un turismo ecológico, sostenible con experiencias como el avistamiento de
aves y de delfines rosados, pesca deportiva, entre otros.
La educación es uno de los pilares para el
desarrollo de Mapiripán. Condiciones de paz, empleo y estabilidad han reducido
la deserción en las instituciones de educación del municipio. La educación es
uno de los pilares para el desarrollo de Mapiripán. Condiciones de paz, empleo
y estabilidad han reducido la deserción en las instituciones de educación del
municipio.
La región cuenta con potencial para un mayor
desarrollo agroindustrial y pecuario. Mapiripán posee una extensión territorial
de 11.938 km2 y un área de 1.194.905 hectáreas con oportunidad para la siembra
de cultivos como cacao, plátano, maíz, yuca, caña y ganadería.
También hay oportunidades para la inversión en
infraestructura civil que permita la mejoría en carreteras y una mayor conectividad
con municipios como Granada, Villavicencio y hacia el interior del país. Así
mismo en el aprovechamiento del río Guaviare como afluente que conecta con San
José del Guaviare.
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