Internet de las cosas y telefonía móvil, los motores del 5G en Colombia
Tras realizarse la primera prueba de velocidad 5G en
Colombia, expertos de la industria de telecomunicaciones auguran que servicios
específicos como la telefonía móvil y de datos (éste último para atender al
mercado de la internet de las cosas por sus siglas en inglés –IoT-),
incrementarán la demanda de banda ancha y, por ende, acelerarán la
implementación de las redes de quinta generación.
Según Luis Fernando León, Gerente Regional CN para la
Región Andina de Corning Optical Communications, empresa líder en el desarrollo
de tecnologías dirigidas a la ciencia del vidrio, la cerámica y la física
óptica, el naciente mercado de IoT, unido a la estabilidad de la economía que
continúa mostrando una franca mejoría, permitirá que los consumidores finales incorporen
nuevos dispositivos que requieran acceso móvil de datos, aumentando así la
demanda de banda ancha.
“El país se
enfrenta al reto de posicionarse como uno de los mercados con mejor
infraestructura de telecomunicaciones en la región para dar soporte a esta
demanda a través de la tecnología 5G”, afirmó León. “Para lograr este propósito, es necesario, entre otras cosas, que
el Gobierno nacional gestione políticas sectoriales que apoyen estos
desarrollos tanto en el ámbito comercial, ambiental, urbano y jurídico para dar
claridad y tranquilidad a los inversionistas”.
Como es sabido, una red 5G exige una menor latencia en
la señal medida en MS, mientras que entrega, al mismo tiempo, un gran ancho de
banda. Considerando que esta característica del servicio debe darse en
simultáneo con la densidad de conexiones por kilómetro cuadrado, la cual
aumenta exponencialmente, la densidad de la RAN de un operador (Radio Access Network)
casi se triplica, obligando a duplicar la cantidad de fibra óptica en la
columna vertebral de la red.
Hoy por hoy, las redes ópticas son convergentes, es
decir sirven tanto a las redes móviles como a las redes fijas, el aumento en la
densidad de la red de agregación es similar. Se estima que, en el año 2020,
existirán 26.3 mil millones de dispositivos de red, siendo 66% de ellos de tipo
inalámbrico, y estos equipos, atendiendo a la Ley de Nielsen, incrementarán su
velocidad de conexión en 50% año a año. Esto
significa que los fabricantes, tanto de equipos activos como de componentes
pasivos, están obligados a desarrollar mejores componentes para hacer estas
redes no solo más confiables, sino también más fáciles de instalar y menos
costosas de implementar.
“Desde el punto de
vista de los componentes pasivos, será imperativo el uso de sistemas de fibra
óptica pre-conectorizados, dado que reducen significativamente los costos de
mano de obra y el tiempo de ejecución de las redes que darán servicios 5G. Adicionalmente,
es esencial implementar una infraestructura de fibra óptica para manejar el
alto volumen de tráfico que será requerido por el “Internet de las Cosas"
y las tendencias 5G.”, aseguró León. “Todo esto, a su vez, permite que los costos de uso (CapEx) sean
menores y la operación propia de la red (OpEx) se controle de una mejor forma,
de acuerdo con la respuesta de cada mercado”.
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