No le tema, la comida colombiana también va con vino
Se ha oído hablar mucho de grandes maridajes,
es decir de alianzas monumentales, casi sagradas entre vinos y comida como
ostras con champán o Foi gras con Sauternes, uniones que parecen de película y
que rara vez vamos a probar en nuestra cotidianidad. Lo interesante aquí y lo
que pretendemos develar en estas pocas líneas es como combinar vinos, cepas y sabores
con esa comida cotidiana, esos platos con que crecimos y tanto recordamos
cuando visitamos a nuestros padres.
No nos sonrojemos de combinar nuestra comida
cotidiana con buenos vinos, recordemos que el vino es una bebida campesina,
hecha por jornaleros en la trastienda de su casa para acompañar su día a día; Así
nació el vino y este humilde origen lo lleva en su ADN. El vino de “la casa” en
Italia es literalmente el vino del patio trasero del campesino con su trattoria
a la vera del camino. El campesino chileno y argentino en la remota Patagonia
elabora su vino para mitigar la sed durante su labor. Por eso debemos ver el
vino no como un producto de ocasión e inaccesible, sino como un amigo con quien
disfruto a diario.
Que tal un buen pedazo de carne, tal vez unas
chatas a la parrilla (vuelta y vuelta) con sal gruesa como único vestido,
papitas a la francesa y un Kilka malbec de la Argentina (Bodegas Salentein),
con esas notas de moras y arándanos, combinando con la sal y la grasa de la
carne en una entrada dulce y gloriosa en boca, ¿No se antojaron?
Pero vamos mas allá, ahora que esta tan de
moda el Air Fryer (freidora de aire), unos lomitos de pollo envueltos en
tocineta con la magia del “aire” cocinando esa delicia y a su lado una botella
de Undurraga Sibaris Pinot Noir con sus suaves taninos, su color de atardecer y
sus sabores de cerezas en almíbar, simplemente delicioso. Tiempo de preparación
del pollo; 45 minutos, pero la experiencia es inolvidable.
Ahora pensemos en una sobrebarriga criolla
con abundante guiso y papa, tan apetitoso que no sabes por donde empezar. Este
plato marida a la perfección con LAN Crianza, un tempranillo de la Rioja que
logra un balance ideal entre fruta y madera. Sin duda, una excelente
alternativa para armonizar el plato y realzar los sabores del mismo.
Y que tal la familia en pleno en la cocina,
uno pela el plátano, otro pela las papas, otro prepara el pollo, el resultado
final un Sancocho, “Ensayemos un vino con el sancocho” (se oye decir al más
inteligente de la casa). Que tal un U by Undurraga Chardonnay, bien frio, el pollo
y plátano deshaciéndose en la boca con un sorbo de ese vino joven con notas
tropicales como mango, piña y banano, ¿Delicioso verdad?
La combinación de vinos con comida casera
tiene un riesgo y es que le quede gustando, como decía una antigua publicidad.
Arriésguese y verá por qué los europeos construyeron su cultura sobre litros y
litros de buen vino.
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