Nutrición: un elemento crítico para construir y mantener la salud, así como para la recuperación
El nuevo coronavirus,
COVID-19, ha provocado desafíos y amenazas sin precedentes para las personas y
los sistemas de salud en todo el mundo. Los adultos mayores y las personas con
afecciones de salud subyacentes como diabetes, enfermedad renal, asma moderada
/ severa, obesidad severa o afecciones cardíacas pueden estar en mayor riesgo
de enfermedad grave por COVID-19. Cuando una persona también tiene poca masa
muscular o en riesgo de desnutrición, algo que no siempre es visible y ocurre
cuando el cuerpo no obtiene los nutrientes que necesita, puede aumentar aún más
el riesgo de complicaciones de la enfermedad y retrasar la recuperación. Además,
la baja masa muscular y la desnutrición son más frecuentes en los adultos
mayores, especialmente si tienen una o más enfermedades crónicas.
Se ha demostrado que
el estado nutricional desempeña un papel clave en los resultados de salud y el
uso de recursos hospitalarios, lo que plantea las preguntas: ¿cómo puede ayudar
la nutrición a quienes luchan contra COVID-19? ¿Y cuáles son algunas medidas
proactivas de nutrición y salud que pueden tomar aquellos que no han contraído
el virus?
Los expertos recomiendan enfocarse en la
nutrición
Uno de los aspectos
más importantes para promover la salud en general es prevenir y tratar la
desnutrición y la pérdida muscular. La Sociedad Europea para la Nutrición
Clínica y el Metabolismo (ESPEN) publicó recientemente diez recomendaciones
prácticas sobre el manejo nutricional de las personas con COVID-19.[1]
Al respecto, el Dr. Óscar Quintero, Director Médico en Abbott, explica que “esta
guía subraya la importancia de identificar a los pacientes en riesgo de
desnutrición e intervenir con una nutrición adecuada, proporcionando proteínas,
calorías, vitaminas y minerales lo antes posible”. Y añade que “la guía hace
énfasis en la importancia de considerar la nutrición a pesar de la gravedad de
la enfermedad y la forma en la que una persona está combatiendo el virus”.
Ya sea que alguien esté luchando contra un caso leve de COVID-19 en el hogar o
un caso grave en la UCI, el riesgo de desnutrición y pérdida muscular aumenta
debido a la reducción de la actividad física, la disminución del apetito y, en
casos moderados/severos, aumento de la inflamación o catabolismo, cuando el cuerpo
comienza a descomponer el tejido para obtener energía.
Una buena nutrición
puede ayudar a prevenir o revertir la desnutrición o la pérdida muscular, por
lo que es importante priorizar una dieta equilibrada con frutas, verduras,
granos integrales, lácteos bajos en grasa y proteínas adecuadas. Los
suplementos nutricionales orales se recomiendan cuando una persona no puede
satisfacer sus necesidades de proteínas, calorías y micronutrientes a través de
la ingesta de alimentos. Para aquellas personas que están intubadas o que no
pueden consumir alimentos por vía oral por otros motivos, los alimentos por
sonda son la única fuente de nutrición. Por lo tanto, los productos de
nutrición médica están especialmente formulados, y hay varios tipos de
productos para satisfacer las necesidades específicas de estas personas. La
investigación muestra que identificar a personas en riesgo de desnutrición y
proporcionar una nutrición adecuada puede acortar la duración de la estadía de
los pacientes y reducir los reingresos.[2]
Los suplementos
nutricionales orales también pueden ayudar a aquellos en recuperación que
pueden tener debilidad o pérdida de masa muscular y debilidad. Los ingredientes
especializados, como el HMB, pueden ayudar a preservar la masa muscular en
personas inmóviles o, junto con el ejercicio, mejorar la fuerza y la función
muscular en poblaciones mayores.[3],[4],[5],[6]
Ser proactivos con nutrición y ejercicio
La guía para priorizar
la nutrición es importante para aquellos que están enfermos y para aquellos que
están bien. Para aquellos que no están gravemente enfermos, o para las personas
que no han contraído el virus, es importante mantener un buen estado
nutricional a través de una nutrición y ejercicio adecuados. La investigación
muestra que cuando las personas permanecen activas, realizan actividades
físicas durante todo el día y consumen una dieta equilibrada y nutritiva, es
más probable que permanezcan en buenas condiciones para que puedan hacer frente
mejor a las infecciones.
Mantenerse
alerta ante signos de desnutrición (falta de apetito, pérdida de peso
involuntaria, mala alimentación o ingesta de alimentos) y pérdida muscular
(disminución de energía, debilidad o pérdida de peso involuntaria) puede ayudar
a prevenir o revertir estas afecciones. También es beneficioso enfocarse en una
nutrición específica para apoyar la salud del sistema inmunitario, ya que
existe una fuerte relación entre el estado nutricional deficiente y la
inmunidad comprometida. Las personas deben buscar alimentos que contengan
nutrientes para apoyar un sistema inmunológico saludable, incluidas proteínas,
vitamina A, zinc, vitamina D, vitamina C y vitamina E.
Una
nutrición adecuada puede ayudar a las personas a mantenerse fuertes y
saludables, y proporcionar nutrientes importantes para la salud del sistema
inmunológico. Junto con el ejercicio, una buena nutrición también puede
promover la salud muscular para ayudar a proporcionar al cuerpo de los adultos
una reserva nutricional si tienen un revés en la salud.[7]
Información e imágenes: Prensa ESPEN
[1] Barazzoni R, et
al. Clin Nutr. 2020; e-pub ahead of print.
[2] Sriram K et al. J Parenter Enteral Nutr JPEN. 2016;
40(1):1
[3] Deutz NEP et al (2013)
Clinical Nutr. 32 (5) 704–712
[4] Hsieh, et al. Asia Pac J Clin Nutr
2010;19:200-208
[5] Vukovich et al J. Nutr. 2001;131:2049-2052
[6] Stout J et al (2013) Exp. Gerontol. 48; 1303-1310
[7] Argiles et al, JAMDA. 2016
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