Los gobiernos deberían brindar mejores opciones a los fumadores adultos

Una nueva encuesta a nivel global*, llevada a cabo por IPSOS para Philip Morris International (PMI), revela que el 72 por ciento de los adultos encuestados están de acuerdo con que los gobiernos deberían hacer todo lo que esté a su alcance para incentivar a los hombres y mujeres, que de otro modo seguirían fumando cigarrillos, a que se cambien completamente a mejores alternativas.



El tabaquismo aún se clasifica como un problema de salud pública importante junto con la obesidad, el alcoholismo y el uso de opioides en términos de relevancia. De manera importante, los resultados de la encuesta internacional muestran un fuerte apoyo al papel que la innovación y la tecnología debería jugar en la solución de estos problemas de salud globales.

La Dra. Moira Gilchrist, Vicepresidente de Comunicaciones Científicas y Públicas de Philip Morris International, dijo: “Esta encuesta demuestra que la mayoría de las personas alrededor del mundo están de acuerdo con que el tabaquismo continúa siendo un problema de salud pública serio. Quieren ver acciones para aprovechar la oportunidad que brindan las alternativas al cigarrillo que son validadas científicamente. Estamos completamente de acuerdo con ese punto de vista. La opinión pública se encuentra alineada con el sentido común y la encuesta confirma lo que hemos escuchado por más de una década.”

Los resultados también mostraron que en Colombia el 97 por ciento de los encuestados consideran que las compañías de bienes de consumo tienen la obligación de investigar e innovar continuamente sus productos por el bien de la salud pública. Sin embargo, solo el 22 por ciento pensó que las autoridades colombianas han hecho un buen trabajo para garantizar que todas las personas tengan acceso a las últimas innovaciones y avances. Claramente, la sociedad no quiere que los gobiernos bloqueen soluciones prometedoras a los problemas de salud pública.

Los resultados del estudio se publican justo luego de la reunión de la Conferencia de las Partes (COP) del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT) en Ginebra, donde los 181 países miembros y organizaciones no gubernamentales (ONGs) se reunieron para decidir sobre las recomendaciones de política global para el control del tabaco. Ninguna de sus discusiones estuvo abierta al público o a los medios. Aunque muchos estados individuales tomaron posiciones progresistas, el resultado decepcionante y desafortunado de la COP significará que millones de fumadores no conocerán mejores alternativas al cigarrillo. Este enfoque contrasta fuertemente con la opinión pública: al menos 9 de cada 10 encuestados en Colombia estuvo de acuerdo con que los fumadores deberían tener acceso a información precisa para guiar sus decisiones.

“La ciencia es clara. La evidencia muestra que cambiarse a productos libres de humo es una mejor opción que seguir fumando. Simplemente no podemos mantener a los fumadores desinformados acerca de estas alternativas. La COP desaprovechó una oportunidad para poner a las personas y a la ciencia en el centro de su formulación de políticas públicas,” añadió la Dra. Gilchrist.

Contrario al sentido común, se ha desmotivado a la industria tabacalera a seguir innovando e inadvertidamente, se incentiva a mantener al cigarrillo en el núcleo de sus modelos de negocio. A pesar de esto, PMI no renuncia a su compromiso de brindarle a los 1.100 millones de fumadores adultos en el mundo mejores alternativas al cigarrillo, así como información acerca de estas opciones.

Los países ahora tienen la oportunidad de desarrollar regulaciones locales que tengan en cuenta los resultados científicos y las nuevas tecnologías, y en Colombia no debería ser diferente. Las políticas progresistas pueden proteger de forma efectiva la salud de la población en general y al mismo tiempo trabajar por los intereses de los hombres y mujeres adultos que fuman.

“Con cualquier otro problema global, desde el medio ambiente a la obesidad, todas las personas trabajan juntas para entregar mejores alternativas, informar a las personas acerca de ellas e incentivarlos a cambiar su comportamiento. ¿Por qué no aplica este enfoque de sentido común al tabaco?” concluye la Dra. Gilchrist.

El llamado de la sociedad es claro por contar con más información y acceso a alternativas al cigarrillo. De los encuestados a nivel mundial, el 92 por ciento estuvo de acuerdo con que estos nuevos productos se deben probar científicamente de manera rigurosa antes de ser introducidos al mercado, y el 91 por ciento estuvo de acuerdo con que una vez estos productos se introduzcan, se tiene que monitorear su impacto para garantizar que estén reduciendo el daño causado por el cigarrillo.


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